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Bulnes (Asturias), el pueblo asturiano al que solo se puede llegar a pie o en funicular

En el corazón de los Picos de Europa, en Asturias, se encuentra uno de los pueblos más emblemáticos y pintorescos de España: Bulnes. Este pequeño núcleo rural, perteneciente al concejo de Cabrales, es conocido por su aislamiento y su espectacular entorno natural. Lo que hace único a Bulnes es que, hasta hace relativamente poco, solo se podía llegar a él a pie, tras una exigente caminata de varias horas. Hoy, aunque existe un funicular que facilita el acceso, el pueblo sigue conservando su esencia remota y su encanto tradicional.

Un pueblo escondido en las montañas

Bulnes está situado en un valle rodeado por imponentes cumbres, como el Naranjo de Bulnes (también conocido como Picu Urriellu), una de las montañas más icónicas de España y un desafío para los amantes del alpinismo. Su ubicación lo convierte en un destino ideal para quienes buscan desconectar de la civilización y sumergirse en la naturaleza más salvaje.

Durante siglos, los habitantes de Bulnes vivieron prácticamente aislados, dependiendo de la agricultura y la ganadería para subsistir. Las estrechas sendas de montaña eran su única conexión con el exterior, lo que contribuyó a preservar su cultura y tradiciones casi intactas. Hoy, aunque el turismo ha llegado al pueblo, su esencia sigue siendo auténtica.

El acceso: una aventura en sí misma

Hasta el año 2001, la única manera de llegar a Bulnes era caminando. La ruta más tradicional partía desde Poncebos, un pequeño pueblo situado en el desfiladero de los Beyos. El sendero, conocido como la Ruta del Cares o la Senda del Arcediano, es un camino empinado y zigzagueante que asciende más de 400 metros de desnivel en unos 4 kilómetros. Aunque exigente, la caminata ofrece vistas espectaculares de los Picos de Europa y del río Cares.

Para aquellos que prefieren evitar el esfuerzo físico, en 2001 se inauguró el funicular de Bulnes, un teleférico que conecta Poncebos con el pueblo en apenas 7 minutos. Aunque esta opción ha facilitado el acceso, muchos puristas siguen prefiriendo la caminata, ya que consideran que el viaje a pie es parte fundamental de la experiencia de visitar Bulnes.

Qué ver y hacer en Bulnes

Una vez en Bulnes, el visitante se encuentra con un pueblo dividido en dos barrios: Bulnes de Abajo (La Villa) y Bulnes de Arriba (El Pueblo). Ambos conservan la arquitectura típica asturiana, con casas de piedra, tejados de pizarra y estrechas callejuelas empedradas.

Uno de los principales atractivos es, sin duda, el entorno natural. Desde el pueblo parten varias rutas de senderismo, como la que lleva al Mirador del Naranjo de Bulnes, desde donde se obtienen vistas panorámicas de esta impresionante montaña. También es posible realizar excursiones al Refugio de Urriellu, punto de partida para los escaladores que se atreven con el Picu.

Además de la naturaleza, Bulnes ofrece una gastronomía excepcional. No hay que perderse el queso de Cabrales, uno de los más famosos de España, ni otros platos típicos como la fabada asturiana o el cachopo. Aunque el pueblo es pequeño, cuenta con algunos establecimientos donde degustar estas delicias.

La historia y la cultura de Bulnes

La historia de Bulnes está estrechamente ligada a la de los Picos de Europa. Durante siglos, sus habitantes vivieron en un equilibrio precario con la naturaleza, adaptándose a las duras condiciones de la montaña. La falta de acceso por carretera hizo que muchas costumbres se mantuvieran casi inalteradas hasta finales del siglo XX.

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